Con la serenidad paciente del soñador, la sonrisa ardiente de la felicidad extrema, con tus cantes, tus pasiones de altos vuelos desorbitados en las madrugadas frías, con la parsimonia de la desesperación triunfal del que no mira para atrás, la chaqueta puesta siempre en el sentido de las agujas del reloj, con la historia marcada en tu frente marchita por los años sufridos, activa por los vividos.
Desembarcas en un mar de alturas, tu, que siempre viviste de los vuelos baratos y las maletas viajeras, tu, que fuiste figurante principal en el aeropuerto de la vida, regresas al cielo azul, en donde los capitanes son ángeles y los comandantes santos, en donde nadie te arrebata la palabra ni las ganas de vivir, que fueron muchas.
Te has marchado con todo por hacer, si, pero con la sensación, seguro, de que a alguien por un momento, las hecho feliz con tus palabras, tus alegrías, tus sentimientos de perfecto orador sentimental, la firmeza en las convicciones, la extrañeza por los desmanes, las faltas de rigor de las personas, la sensación de saber de que alguien puede sobrar, han marcado tu paso por mi lado.
D. Manuel Pertiñez Palma, se fue para dejarnos un legado de grandes enseñanzas, mejores noches perdidas y enormes consejos que quedaran en los anales de los socialistas gabirros de la historia más reciente, descanse en paz amigo.
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