“Loco,loco,loco,loco,loco,loco me vuelvo loco por absurdas epidemias de paralisis intelectuales, inoperancias varias, chorradas baratas, putas extrañas en caminos raros que no llegan a nada, con la soberbia del que habla por hablar, discute por disimular la poca calidad humana de sus acciones y sentimientos. Ahí queda eso, el que lo entienda que me lo explique, yo solo escribo y esto es lo único que me sale ¿te vale?”
Quiero escribir y no puedo, tengo tantos sentimientos agotados que todos plasmados solo demuestran en muchas ocasiones la desidia en la que se encuentra mi mente y la poca fortuna en la que se manifiestan mis ideas. No es por ser un débil de fortaleza mental y tampoco es por ser un inepto intelectual, que lo soy. Será, porque yo aparte de ser un analfabeto total de la vida, solo soy además, un trotamundos de la letra escrita a 110 pulsaciones por minuto, cuando de máquina de escribir hablamos, pero con una intensidad inusitada cuando de amor hablamos.
Yo solo sé escribir de mi, de los míos, de sentimientos, de aquellos que han sido y son algo en mi vida, no puedo y no sé escribir de lo que no se, ni puedo saber. Me resulta extraño plasmas palabras sin que surjan de mi adentro. Escribir por escribir ni se, ni quiero. Cuando la política es protagonista de mis fijaciones, resuelvo con la poca mala leche de que la considero parte de mí y de mi ser. Cuando son los sentimientos los fijados, resurgen sobre mi mente, pasiones, devociones, odios y rencores, plasmados con más o menos suerte en la batalla ortográfica y literaria. Pero no sé, me encuentro encerrado entre la libertad de mis actos y la deslealtad de mis relaciones y esto sin duda duele con tal fuerza que me hace daño. Puedo hablar del amor y relacionarlo sin pestañear con la amistad y sorprenderme que al fin al cabo ni se parecen, ni se espera. El amor no es la sorpresa indeseada de dos, ni la pasión carnal en lo terrenal, es más allá de los sentidos, de los sentimientos encontrados en un par, es simplemente esperar sin nada a cambio la rotundidez del sí pero no, el no con sonrisa en los labios, el te quiero tecnológico, la rapidez eficaz, la sed del uno por el otro.
No puedo escribir,ni quiero, de lo que no me interesa, de lo que no me aporte la necesidad de crear, enseñar y aprender, lo demás, choros no escuchados.