Cuando no sabemos por donde tirar, te levantas por la mañana y piensas que otro día más sin saber qué hacer, pero si haces algo que se está perdiendo, pensar. Y piensas en los demás, no en ti, porque sin duda, uno en estos momentos es menos importante que el bienestar de los que quieres, de los que amas, de los que respetas por encima de todo y de todos, que sabes de verdad que lo están pasando igual o peor que tu, con mayores y peores problemas. Uno tiene problemas, pero si puedo elegir, elijo lo mejor para los míos, que sin duda será bien para mí. Egoísmo fuera de agobios no existe en mi vocabulario, en cuanto a los que quiero se refiere, y tú eres el mejor hombre de mi vida. No has pedido nada y me lo has dado todo.
La historia te dice que nadie como tú, sabe lo que es luchar, trabajar, nadie como tú, puede estar en la situación menos deseada y a la vez tener la fuerza suficiente para decirte todas las mañanas que puedes con esto. Esta historia no es menos que otras que hemos tenido, ni será más de las que nos venideran. Somos de esos, trabajadores pacientes que luchan día a día para tener un futuro mejor, con la única diferencia de que todo lo que tenemos lo ponemos al servicio de los demás, incluso tu casa y a los tuyos.
Has sido fuerte en lo que te has propuesto, débil en la soledad de la desesperación, capaz ante la adversidad, ilusionista, idealista, torpe en ocasiones, decidido, gamberro, amigo, enemigo, locuaz, listo, tonto, grande, mandón, dominante, dominado, veloz, feroz, impaciente, sin frenos, con arte, informático, ordenado, amante, amado y sobre todo entregado.
Si alguien te debe algo somos los que hemos estado a tu lado, los que hemos mamado de tu soberanía, de tu saber estar y los que han ganado y tú has perdido. A veces la sociedad no se ha portado bien con tus decisiones, con tu fuerza por ganar y con las ansias de ayudar, no todos te deben la vida, pero sí la manera de vivir. Porque no es fácil ser juez y parte y además tener la opción de ayudar. Te has puesto listones muy elevados, proyectos inmensos, con grandes altura de miras y los has conseguido, con la vana ayuda de una capacidad tan grande como para sufrir en silencio la infortuna de momentos dados que nos hacen infelices económicos y felices juntos.
No revientes la papeleta tan difícil, que nadie nos ha dado, sino que hemos comprado en la tómbola de la vida, todas pueden ser premiadas, todas pueden ser tiradas por no serlo, pero sobre todo que nadie la tire por nosotros, uno tiene que tener la fuerza de saber cambiar de papeleta si quiere. Soy comprador de tus acciones, dueño de tus sentimientos, sufridor a tu lado, sin miedo a equivocarnos, ya sabemos de esto un rato, ahora nos toca a nosotros tomar nuestras propias decisiones, que nadie nos arrebate las ideas, nuestras equivocaciones son nuestras y de nadie más.
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