Y porque no soñar a la desesperada y volar en el cielo de las desesperaciones para encontrar el camino final de los desvelos. Claro, pero a veces la vida te pone grandes dificultades para que las acates, las atajes en su justa medida y las sobrepases con fuerza, con pasión y respeto hacía los que más te quieren, que por lo menos son los que te dan la fuerza y la alegría de vivir por un proyecto y unos ideales.
Hace apenas once meses, uno vivía en la abundancia física teórica del todo pero sin nada, cuando uno tiene todo pero a la vez no tiene nada. Lo único que puede hacer es tomar decisiones que demuestren que además de que tu vida no caminaba en el sentido de lo normal establecido por el que marca las horas, sin nada pero con todo. Decisiones que te hacen fuerte la debilidad mental y débil la fortaleza de la abundancia física.
Pasa el tiempo y te das cuenta que el todo de la vida, que los desvaneos emocionales y la capacidad mental de los individuos son meras decisiones que solo afectan a lo personal humano de uno mismo. La vida se reduce a grandes decisiones que se toman o no se toman, pero que se haga lo que se haga siempre habrá un veredicto que dictamine un final feliz o fatal para la persona en cuestión.
La alegría común de uno, depende en buena medida de lo fácil que transmitas tus capacidades, tus sentimientos y tus mentiras hacia el prójimo y algo que converge hacía lo expuesto, la abundancia física de las personas es un hecho que importa demasiado en las relaciones sociales y cotidianas de las personas y por consiguiente redunda en la alegría común de uno.
Uno que ha estado en los extremos opuestos de las relaciones entre personas, solo puede decir que lo vuelos soñadores, sin nada pero con todo, las grandes decisiones personales y la alegría común de uno, son directamente proporcionales a la abundancia física del uno, e inversamente proporcionales a la capacidad moral, ética y mental del uno.
Hace apenas once meses, uno vivía en la abundancia física teórica del todo pero sin nada, cuando uno tiene todo pero a la vez no tiene nada. Lo único que puede hacer es tomar decisiones que demuestren que además de que tu vida no caminaba en el sentido de lo normal establecido por el que marca las horas, sin nada pero con todo. Decisiones que te hacen fuerte la debilidad mental y débil la fortaleza de la abundancia física.
Pasa el tiempo y te das cuenta que el todo de la vida, que los desvaneos emocionales y la capacidad mental de los individuos son meras decisiones que solo afectan a lo personal humano de uno mismo. La vida se reduce a grandes decisiones que se toman o no se toman, pero que se haga lo que se haga siempre habrá un veredicto que dictamine un final feliz o fatal para la persona en cuestión.
La alegría común de uno, depende en buena medida de lo fácil que transmitas tus capacidades, tus sentimientos y tus mentiras hacia el prójimo y algo que converge hacía lo expuesto, la abundancia física de las personas es un hecho que importa demasiado en las relaciones sociales y cotidianas de las personas y por consiguiente redunda en la alegría común de uno.
Uno que ha estado en los extremos opuestos de las relaciones entre personas, solo puede decir que lo vuelos soñadores, sin nada pero con todo, las grandes decisiones personales y la alegría común de uno, son directamente proporcionales a la abundancia física del uno, e inversamente proporcionales a la capacidad moral, ética y mental del uno.
Abundancia física de uno.
Alegría común de uno.
Grandes decisiones personales.
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