Discrepar en pensamientos, en acciones, en realidades políticas y como no, en maneras de gobernar, es sobre todo lo que hace que los grupos políticos no sean igualitarios en sus decisiones y equitativos en sus participaciones con los ciudadanos y sus acciones sociales. Los partidos políticos y muy concretamente sus dirigentes, son los que hacen que las ideas, las propuestas y los proyectos sean en su justa medida, viables para el bien común. La discrepancia política es válida y necesaria en la toma de decisiones, pero nunca cuando atenta contra el bienestar del vecino, o cuando atenta contra la marcha social y la mejora del municipio.
Votar que no, a una propuesta de bien común para el municipio, como es la aprobación de una Ordenanza municipal, es loable con un mínimo de coherencia política, nunca con pretextos irracionales, desorbitados, irresponsables y fuera de lugar. Se que en muchas ocasiones el Partido Popular, se siente sensible a todo lo que huela a progresista, y no lo digo porque esta ordenanza marque el pistoletazo de salida a una mejora circunstancial del Servicio de Limpieza de Las Gabias, sino porque votar en contra de esta aprobación inicial, es votar en contra de los derechos y deberes del ciudadano, en contra de algo que en verdad va a legislar las conductas y relaciones humanas de las vecinos. Votar en contra con pretextos como que es “inconstitucional” y que “coarta la libertad de expresión” es lo que hace que piense, que no se tiene ni idea de lo que se vota, de lo que se propone y de lo que se debate. Quedarse en el detalle de lo que ha cada uno le interesa para su funcionamiento interno y desechar un todo común que es prioritario para el funcionamiento del municipio es verdaderamente una irresponsabilidad irracional del Partido Popular de Las Gabias.